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¡Valió la pena!
http://www.youtube.com/watch?v=BqxWCSHEDlU&feature=c4-overview&list=UUou007mtTlUOh7VBZUjTCXwLa Gina, Miches. 30 años juntos produciendo arroz. Sin embargo, pensaron dejarlo. No sembrar más arroz.
Los 270 socios de la Federación de Arroceros del Este trabajaban, mucho claro está, pero producían un arroz malo. Sin salida en el mercado. Su molino (factoría) era un desastre; procesaba apenas 10 y 12 quintales de arroz por hora y de baja calidad. Una maquinaria "obsoleta", al decir de su presidente, Cirilo Thomas.
La única salida: rehabilitar y equipar la factoría para mejorar la calidad del arroz. Pero además, les faltaba un tractor con su rastra para cortar la tierra. El otro problema es que tampoco tenían una cortadora para cosechar el arroz en el campo. Quienes les alquilaban la cortadora se aprovechaban de esta debilidad para subir el precio.
Atrapados, sin salida y sin dinero, sin cuartos. ¡Cómo se salva un pobre?
La solución vino de la mano del Gobierno, del presidente Danilo Medina y del Instituto Agrario Dominicano. En una visita que les hizo en enero de este año, Danilo Medina les confió: "Estamos ayudando para que produzcan, pero no sólo para que produzcan, sino para que ganen dinero, porque cuando la gente puede comprar y consumir, el país se dispara".
Rehabilitación y equipamiento de la factoría, el tractor con su rastra, una cortadora de arroz propia, rehabilitación del dique, lograron los arroceros.
Una breve historia contada por ellos mismos: "Ahora todo está cambiando, como dicen, de la noche al día."
Valió la pena mantenerse unidos en su federación y luchar.
Los 270 socios de la Federación de Arroceros del Este trabajaban, mucho claro está, pero producían un arroz malo. Sin salida en el mercado. Su molino (factoría) era un desastre; procesaba apenas 10 y 12 quintales de arroz por hora y de baja calidad. Una maquinaria "obsoleta", al decir de su presidente, Cirilo Thomas.
La única salida: rehabilitar y equipar la factoría para mejorar la calidad del arroz. Pero además, les faltaba un tractor con su rastra para cortar la tierra. El otro problema es que tampoco tenían una cortadora para cosechar el arroz en el campo. Quienes les alquilaban la cortadora se aprovechaban de esta debilidad para subir el precio.
Atrapados, sin salida y sin dinero, sin cuartos. ¡Cómo se salva un pobre?
La solución vino de la mano del Gobierno, del presidente Danilo Medina y del Instituto Agrario Dominicano. En una visita que les hizo en enero de este año, Danilo Medina les confió: "Estamos ayudando para que produzcan, pero no sólo para que produzcan, sino para que ganen dinero, porque cuando la gente puede comprar y consumir, el país se dispara".
Rehabilitación y equipamiento de la factoría, el tractor con su rastra, una cortadora de arroz propia, rehabilitación del dique, lograron los arroceros.
Una breve historia contada por ellos mismos: "Ahora todo está cambiando, como dicen, de la noche al día."
Valió la pena mantenerse unidos en su federación y luchar.